Tu mente es el filtro a través del cual experimentas tu vida. Si el filtro está sucio, ¡desafortunadamente todo lo que experimente estará teñido de suciedad!

Aprende a meditar de forma sencilla y eficaz y crea tu propia burbuja de serenidad y seguridad interior para recargar pilas cada día sin importar las circunstancias externas. Es muy sencillo, nada simplista y está basado en principios ancestrales.

Por naturaleza el océano tiene olas, tu mente tiene pensamientos. ¡No puedes pedirle al océano que detenga las olas y no puedes pedirle a la mente que detenga los pensamientos! La mediación no se trata de detener el flujo de pensamientos sino de acoger cada momento como un regalo que llamamos “presente”.

El silencio es una postura, no es necesario tener silencio a tu alrededor para estar en silencio dentro de ti mismo.

Tu mente es como un pequeño mono salvaje, inquieto y saltando del pasado (y a menudo de sus arrepentimientos) al futuro (y a menudo de sus ansiedades anticipatorias). No sabe cómo mantener la calma en el momento presente. Tu mente, si no es domesticada con amor y paciencia a través de la meditación, “caminará” como una marioneta. ¡Solo aprendiendo a domesticarlo a través del arte de la meditación su poder estará a tu servicio!

¡No hay adónde ir ni nada que hacer en la mediación original, sólo “dejarse en paz” y tomar un descanso de uno mismo, de uno mismo y para uno mismo!

Meditar es aceptar lo que nos atraviesa , colocándonos como simple testigo de nuestro estado actual. Entonces no buscamos cambiar ni juzgar nada de lo que observamos.

En la meditación, tampoco buscamos alcanzar un estado ni ninguna meta. Es precisamente esta simple presencia abierta la que permite un trabajo profundo y duradero, ya que es un desprendimiento del ego: al no responder a sus deseos e imperativos, aprendemos a devolverlo al lugar que le corresponde.